Un alumno/a en múltiples ocasiones, interrumpe las clases por estar charlando constantemente. Además, no sigue las instrucciones u órdenes del docente.
a) Lo dejaría pasar, ya se cansará aunque no ha permitido dar la clase correctamente. No hay consecuencias.
b) La conducta ha afectado significativamente al desarrollo de la clase. 1º Ignorar comportamiento. 2º Advertencia discretamente, con un gesto para no distraer a los demás. 3º Advertencia personal privada.
c) Me dirigiría directamente a él ante la primera interrupción, poniéndole en evidencia delante de los demás y dándole una larga charla.
Como supongo que has acertado, la respuesta correcta es la b, pues la conducta ha afectado significativamente al desarrollo de la clase, por tanto si tras ignorar el comportamiento persiste, le daría una advertencia discretamente, con un gesto para no distraer a los demás. Si aún así continúa le haría una advertencia personal en privado al finalizar la clase.
Como docentes no es fácil lidiar con este tipo de conflictos, por eso debemos establecer normas claras desde el principio del curso. Las normas deben ser establecidas las primeras semanas de clase y deben ser consensuadas y con las consecuencias claras. El consenso en la creación de normas brinda a los estudiantes la oportunidad de sentirse escuchados y de participar en la configuración de su entorno educativo. Además, al definir claramente las consecuencias de incumplir las normas, se promueve la responsabilidad y se establece una comprensión mutua de las expectativas en el aula.
